¿Y si nos miramos a los ojos?
Pregunta que nos hicimos un día…así, sin pensarlo mucho. Y parece
que es muy buena pregunta y que nos sirve, para mucho o para poco, pero nos
sirve.
La respuesta fue unánime: SÍ. A partir de ahí empezamos a
mirarnos a los ojos.
Al mirar a los ojos, y centrarnos solo en los ojos, no
vemos el color del pelo, no vemos el color de la piel, no vemos lo alto que
eres ni vemos lo bien vestido que vas.
Hay muchas cosas que no vemos si nos centramos solo en los ojos,
cosas que nos perdemos, pero ganamos lo más importante, mirar a nuestros compañeros
a los ojos nos ayuda a conocernos y valorarnos. Además hemos descubierto que
mirando a los ojos, hay un camino que llega al corazón de cada uno de nosotros,
y eso es lo que verdaderamente nos importa, porque en ese lugar no hay
vestimenta, gomina, altura o guapura que nos distraiga de lo verdaderamente
esencial, valorarnos como lo que somos, ni más ni menos que personas.
Porque para
nosotros, todos somos iguales, TODOS SOMOS IGUALES.
También es verdad que algunos llevamos gafas, pero no nos impide mirar a los ojos, porque no son gafas de sol, claro...